México 5° lugar mundial en deforestación

Por deforestación Chihuahua perdió en un año 265 mil héctareas de bosque, es decir, la superficie de Tlaxcala. México pierde al año un espacio de bosque mayor al territorio total de Morelos.

 

Los bosques reservan la mayor diversidad biológica terrestre en el mundo, desempeñan un papel fundamental en la mitigación del cambio climático y contribuyen a la conservación del suelo y el agua. México cuenta con una riqueza ecológica inigualable, sin embargo el ritmo de deforestación que padece es de los más alarmantes a nivel mundial, ocupando 5° lugar al perder de 500 mil hectáreas de bosques y selvas al año.

Los bosques del mundo se han reducido considerablemente en las últimas décadas. Esto se atribuye en gran medida a las actividades humanas y actualmente es un tema de preocupación por sus graves consecuencias ambientales.

De acuerdo con la evaluación de los recursos forestales mundiales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el 2010, la deforestación a nivel mundial se aproxima a 13 millones de hectáreas por año. Se considera que la superficie forestal mundial actual es menor del 50% de la original.

¿Cómo nos afecta?

Un tercio de la población mundial depende de la madera como principal o única fuente de energía, de estas personas 40% la usa como combustible para cocinar y esterilizar agua al hervirla.

Los efectos más inmediatos de la deforestación se dan a nivel local. Con la pérdida de bosque, la comunidad local modifica el sistema que les brinda servicios valiosos, aunque frecuentemente menospreciados, como asegurar el flujo regular de agua, además de limpiar y proteger a la comunidad de las inundaciones y la sequía; además de cuantiosos beneficios socioeconómicos que decrecen en la medida que terminamos con tan valioso recurso. Parece que el ser humano aún no comprende el papel que los bosques desempeñan en su vida y los beneficios que le proporcionan.

Los bosques contribuyen de forma significativa a la seguridad alimentaria. Millones de personas dependen de los alimentos procedentes de los bosques para aumentar la calidad nutricional y la diversidad de sus dietas. Esto es especialmente importante en períodos en los que se dan escasez estacional de alimentos, fenómenos meteorológicos extremos y conflictos.

Los bosques contribuyen a los medios de vida rurales y a la mitigación de la pobreza mediante los ingresos generados por el empleo en la producción de bienes y servicios forestales, así como proporcionando viviendas asequibles y sostenibles.

En México, 32% del territorio nacional es bosque de clima templado y selva, estas 65 millones de hectáreas lo sitúan en 12° lugar mundial en superficie forestal.

Se estima que el país cuenta con 34 millones de hectáreas de bosques, 32 millones de hectáreas de selvas, 58 millones de hectáreas de zonas áridas y semiáridas, 3 millones de hectáreas de vegetación hidrófila, 7 millones de hectáreas de vegetación inducida y 12 millones de hectáreas de pastizales.

La industria de la madera y sus productos, ha mantenido su participación en el PIB de la industria manufacturera con el 6% en nuestro país, ubicándose como cuarta división industrial en importancia después de productos como alimentos, bebidas y tabaco.

En México, la pérdida y degradación de los bosques se ha debido en su mayoría a la conversión del bosque en terreno para desarrollo agrícola y ganadero; relacionado al crecimiento poblacional que demanda mayor número de recursos naturales. Pero se ha comprobado que la explotación de los recursos no ha sido proporcional a las necesidades poblacionales, si no que la excede.

Otra de las causas es la degradación e intensificación del uso del suelo, los desmontes ilegales, la ocurrencia de incendios y plagas forestales, que en gran medida están relacionados con la actividades agropecuarias tales como la roza, tumba y quema o la renovación de pastizales por el uso de fuego; pero también por graves descuidos y falta de cultura de cuidado del medio ambiente.

Existen también otros factores, como el acceso de infraestructura de vías de comunicación y el crecimiento poblacional cerca de terrenos boscosos que si bien favorecen el desarrollo económico de la región, una mayor accesibilidad a los recursos forestales incrementa la presión sobre su uso y por consecuencia, el riesgo de deforestación.

Chihuahua cuenta con la mayor extensión de superficie forestal en México y se caracteriza por situarse en los primeros lugares de producción forestal maderable.

La superficie forestal del Estado alcanza 16.5 millones de hectáreas, de las cuales, 7.4 millones corresponden a bosques y selvas que se distribuyen en una fracción de la Sierra Madre Occidental.

El 47% de esta superficie es considerada área forestal aprovechable que proporciona al Estado recursos maderables, aporta también, de forma natural o mediante un manejo sustentable, servicios ambientales de igual o mayor importancia como son la captación de agua en calidad y cantidad, captura de carbono, generación de oxígeno, amortiguamiento del impacto de fenómenos naturales, modulación o regulación climática, protección de la biodiversidad, paisajes y recreación, por mencionar algunos.

La producción forestal en la región se distribuye, según su género, en 82% de pino, 7% de encino, 0.4% de táscate y el resto en otros géneros (mezquite, álamo y madroño). Los municipios que registran la mayor superficie forestal y por consecuencia, mayor producción forestal maderable son Madera (23%), Guadalupe y Calvo (19%), Guachochi (12,5%) y Ocampo (7%) que en su conjunto acumulan el 50% del volumen de aprovechamiento forestal maderable autorizado en la región; el resto de los municipios representa el 39% de la producción maderable estatal.

La demanda creciente de productos maderables de bosques ha ocasionado diferentes grados de disturbio. En Chihuahua, debido a su alto grado de explotación, debe ser considerado como prioritario prevenir las consecuencias de deforestación y otros impactos ambientales al ecosistema forestal.

Según el estudio que presenta la organización internacional Rainforest Alliance Para el 2014, el Estado de Chihuahua perdió 365 mil 209 hectáreas en procesos de deforestación. Actualmente 74% de la superficie deforestada fue transformada en área agrícola y foresta, 26% se perdió por la expansión de otros tipos de vegetación y zonas urbanas.

Bocoyna y Chinipas son los municipios que muestran las más elevadas tasas de degradación de los terrenos forestales. Nonoava y San Francisco de Borja son ya valores críticos en pérdida de la cubierta forestal por transformación en pastizales, mientras que los municipios de Bocoyna, Gómez Farías y Carichi presentaron pérdidas de la superficie forestal debido a la expansión de la frontera agrícola.

Las tres principales causas que contribuyeron con la ocurrencia de incendios forestales en el Estado se debieron al desarrollo de actividades agrícolas y pecuarias un 35%, por fumadores y fogatas un 26% y causas no determinadas un 37%.