El domingo 30 de junio de 2019 hubo fuertes y constantes relámpagos, nubes, granizo y en el estado de Jalisco, México. Desde la madrugada, habitantes despertaron con la sorpresa de que la precipitación de granizo provocó una acumulación de hielo de alrededor un metro de altura en el área de Tlaquepaque y la zona industrial de Guadalajara.
Según autoridades estatales de Jalisco, esta granizada en pleno verano no registró ninguna persona lesionada ni ninguna pérdida humana. Sólo la caída de árboles, inundaciones y carros casi enterrados por el granizo. Además, dañó viviendas, y en algunos lugares el granizo entró al drenaje y hasta a los establecimientos, dejándolos por dentro llenos de hielo. Asimismo, las calles quedaron completamente llenas de hielo.
El meteorólogo Alberto Hernández Unzón, excoordinador del Servicio Meteorológico, publicó en Twitter que “la acumulación de granizo se produjo por la propagación inusual de gota fría en altos niveles en la atmosfera”. La gota fría es un desplazamiento en altura de una bolsa de aire muy frío y aislado, que se superpone sobre una masa de aire cálida y húmeda. La combinación de estas dos masas de aire provoca enormes precipitaciones.
Asimismo, Protección Civil de Jalisco tuiteó que estaban trabajando en la colonia Rancho Blanco, en coordinación con autoridades municipales, pues en esa zona se registró una cantidad de granizo que alcanzó hasta un metro de altura.
Por su parte, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, expresó su asombro ante este problema por medio de un video en esa misma red social, donde decía: “Vean lo que pasó aquí en algunos puntos de la ciudad. Escenas que jamás se habían visto en Guadalajara. Vean el granizo, que parece una nevada, y luego nos preguntamos si en verdad existe el cambio climático”.
Cabe señalar que la última vez que se vio algo así fue hace 21 años, el 13 de diciembre de 1997. En aquel tiempo la ciudad despertó con el panorama blanco. Y antes del 97 habían pasado 101 años sin este tipo de fenómenos meteorológicos en la capital de Jalisco, que sucedió en 1881. Aquel sábado de la década de los 90’s, habitantes recuerdan que nevó desde las 7:00 hasta las 11:00 de la mañana, y aunque la nieve no superó el medio centímetro, dejó un paisaje blanco en la capital.
En ese año de 1997, el Instituto de Meteorología y Climatología de la Universidad de Guadalajara realizó estudios sobre la nevada y llegó a la conclusión de que había sido ocasionado por el fenómeno El Niño, que durante ese año había sido más grande, potente e intenso de lo que tenían registrado.
El fenómeno de este último fin de semana de junio fue muy similar, explicó, con la única diferencia de que en 1997 la masa de frío que avanzó sobre Guadalajara era más intensa porque rondaba los 2 grados, suficiente para que cuando ocurriera una lluvia ligera fuera acompañada de nieve. Suceso que con más de 3 grados prácticamente es imposible, y es preciso lo que ocurrió este fin de semana. Lo que queda como rezago no es suficiente porque las temperaturas no han sido tan bajas, la menor estuvo entre los 10 y 12 grados, por lo que era imposible que ocurriera una nevada.
¿El granizo nos indica que es hora de cambiar?
Después de todo lo ocurrido este pasado fin de semana se espera que la gente se dé cuenta que realmente existe el cambio climático y empiece a hacer algo para evitarlo, antes de que sea demasiado tarde.
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