La envidia: ¿Qué tanto afecta tú cerebro?

Dentro de estudios de resonancia magnética se hicieron análisis para determinar el sentimiento que causa más reacciones en nuestro cerebro: La envidia

Después de varios estudios observando resonancias magnéticas se llegó a la conclusión de que el sentimiento más intenso que activa el cerebro es la envidia, además lo vuelve obsesivo en función y trabajo.     

Investigadores en Japón, aparte de ver lo que le hace la envidia al cerebro, encontraron que conecta automáticamente un fascículo que nos genera dolor.

Esto quiere decir que nosotros sentimos lo mismo cuando nos lastimamos, a qué cuándo envidiamos a alguien.

La envidia y el dolor físico se procesan en la corteza cingulada anterior dorsal, en cambio el sentimiento de regocijo en el mal de otros desencadena actividad en el estriado ventral.

También hay una relación entre el nivel de envidia que sentimos con las reacciones que tenemos, llegando al dolor. Si el nivel de envidia es muy alto, se activa este fascículo de una forma tan intensa qué hace que nos duela.

Es importante resaltar que hay una diferencia muy grande entre los celos y la envidia; en la envidia la persona no es amenazada con perder algo debido a otro individuo. La envidia es corrosiva y fea, puede amargarte la vida, Universidad de Kentucky.

Además, dentro del mismo estudio se demuestra que cuando a la persona por la que siente envidia le pasa algo malo, le da satisfacción, activando el ciclo de la recompensa.

La envidia provoca que quién la siente se vuelva obsesivo al estar pendiente de la vida de alguien más y entonces su vida la vive en función de lo que sucede en la vida de otra persona.

El sujeto se siente bien si la persona a la que envidia le pasa algo malo y triste o enojado si le ocurren cosas buenas.

El problema de la gente que siente envidia es que va perdiendo su propia vida por estar concentrados en la de alguien más.

Después de comprobar los efectos negativos de la envidia en nuestro cerebro y estilo de vida, se buscó la manera de contrarrestar y controlar este sentimiento.

Hay que ser conscientes de que todos los seres humanos tenemos ese sentimiento de envidia pero está en nosotros plenamente el darle entrada al sentimiento o no. Porque si no controlamos la satisfacción o la tristeza cuando alguien le vaya bien o mal, hacemos que el sentimiento y las sensaciones de satisfacción o de pesar aumenten y si le damos pie a que las vías de la envidia sigan creciendo también haremos este sentimiento cada vez más frecuente.

Si eres una persona envidiosa, no podrás disfrutar de lo que te ofrece la vida porque estás ocupado por desear lo que tienen los demás. Entonces es muy importante que no le demos paso la envidia. No hay que concentrarnos en vidas ajenas porque eso nos limita a poder enfocarnos en nuestro crecimiento personal.

Fuente de información: Conferencia “Neurociencia de las emociones”, impartida por la neuropediatra Ana Aguilar Venegas, en el 1er congreso internacional de egresados de la facultad de medicina y ciencias biomédicas.