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Racionalidad y transformación, ejes rectores de Constitución

Ensayo finalista del Premio Laureano Muñoz 2017, en donde se aborda el tema de la Carta Magna de México, escrito por Alfonso Venzor Regalado, bajo el seudónimo Toby3, es alumno del Colegio de Bachilleres plantel 18 de Nuevo Casas Grandes.

La Constitución como norma de los individuos es un documento sumamente significativo para el país

Toby3
Alfonso Venzor

Constitución… una palabra en la cual se engloban tantas ideas, un texto que desde su promulgación nos aseguraba a todos los mexicanos derechos, obligaciones y se convertía en el sostén del Estado, en la norma hipotética fundamental de mayor jerarquía en la cual el gobierno se debía regir por el derecho y hacer política por y para los ciudadanos. La Constitución como norma de los individuos es un documento sumamente significativo para el país, porque se encarga de brindar identidad nacional, nos une como mexicanos.

Para comprender la importancia actual de la Constitución es necesario analizar al país hoy. Desde que la Constitución se convirtió en la base tanto de la nación como de la sociedad, este conjunto de leyes y normas establecidas nos han permitido vivir en armonía social, definir criterios para alcanzar la paz y sobre todo continuar en la persecución de justicia. Dicho documento nos ha garantizado la integridad y dignidad que como mexicanos merecemos.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicana, como prueba de la grandeza humana

En el presente texto lo que pretendo argumentar es que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es una prueba de la grandeza de la racionalidad humana, es uno de los logros de los que el ciudadano mexicano debe sentirse siempre orgulloso, pues es resaltable que en un documento se hayan incluido derechos que garanticen el bienestar y la integridad de todos los mexicanos, pero es aún más destacable que al paso de 100 largos años, dichas leyes y derechos sigan vigentes en nuestros días, a pesar de los cambios en las circunstancias de nuestro país, procesos sociales y transformaciones en la manera de pensar de los individuos.

Aunque solemos considerar que la Constitución es un tema que solamente se aborda desde la disciplina del derecho, la filosofía juega un papel fundamental, pues es mediante la razón, el análisis y la reflexión que los habitantes del país buscamos transformar la realidad en la que estamos insertos.

La Carta Magna de México como símbolo de acuerdos en momentos de crisis

Nuestra Carta Magna es el resultado de acuerdos luego de una importante crisis en el país, tras las revueltas y la inestabilidad que causó la Revolución Mexicana, la Constitución se presenta como la posibilidad de armonizar a la sociedad y convivir de manera adecuada, acceder a derechos y garantizar deberes. Si nos remontamos a los inicios de la Independencia, ya entonces demostrábamos como país el espíritu de lucha, la intención guerrera, de seres que expresaban la injusticia de la cual eran testigos, de individuos que querían cambios para México. Prueba de ello son las diversas Constituciones que se han dado en el país desde  1824, 1857, hasta llegar a 1917. Dichos documentos no son resultado solamente de una revolución armada o una serie de conflictos, sino también de una revolución de ideas, de un cambio de perspectivas, nos hablan de esta necesidad permanente de los mexicanos de transformaciones que se reflejen en mejora de las condiciones de vida de todos, el deseo y la necesidad de querer prosperar como sociedad.

Todas las luchas y situaciones difíciles que tuvieron que ocurrir para dar lugar a la Constitución, nos muestran como se hizo presente la filosofía: indagando, reflexionando, buscando y analizando alternativas ante los escenarios difíciles, no desistiendo ante la complejidad del contexto revolucionario, siguiendo siempre de pie una y otra vez a pesar de las confusiones o dudas… todo para alcanzar el fin último de la sociedad: el bienestar común. Así la filosofía, inherente al ser humano, se mantiene como impulsora de una constante búsqueda que se refleje en la Constitución, sin la cual no se hubieran establecido las normas de convivencia que nos permiten relacionarnos armónicamente sin caer en el caos.

La Constitución requiere de una actualización de acuerdo a la realidad

México, por sus muchas fortalezas, tiene características que lo hacen único y lo aventajan en múltiples aspectos. Hablemos de la grandeza de nuestro país: es un Estado de derecho, se rige por leyes que nos han permitido acceder a beneficios individuales y colectivos, contamos con programas asistenciales que son un gran apoyo para la población, los Derechos Humanos tienen una gran presencia en nuestras vidas pues gozamos de libertad y se respeta nuestra dignidad, y además tenemos instituciones que buscan el cumplimiento y la divulgación de éstos. Sin embargo, la Constitución es un documento anterior a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por lo tanto no considera completamente dichos derechos como su fundamento. De ahí que sea tan importante una adecuación de la Ley que garantice el cumplimiento de los Derechos Humanos.

Es fundamental la actualización de la Constitución, ya que se tiene que adaptar a los nuevos tiempos, cambios e ideologías, no obstante jamás deberá considerarse perjudicar a la población. Es decir, las reformas a nuestra Carta Magna deben ser hechas con discernimiento y reflexión, y siempre buscando el bienestar de la sociedad. Tal es el caso de la llamada “Reforma Educativa”, algo que ha molestado a la mayoría de los mexicanos pues más bien parece una Reforma Laboral disfrazada de Educativa, donde da la impresión que su motivación principal es una cuestión de modificación de contratación y salarios, dejando como punto secundario una mejora al sistema educativo; sus efectos son ya tangibles. Este es un claro ejemplo de las modificaciones inadecuadas que se le han hecho a nuestra Ley Fundamental, pues estamos transformando su parte esencial sin tomar en cuenta el eje rector de la misma, el bienestar de todos y cada uno de los habitantes del país. Es aquí donde debemos tener mucho cuidado en qué se reforma o reformula, y sobre todo en la intención última de dichas modificaciones. Si con reformas inadecuadas, ha sido posible rescatar aspectos benéficos de las modificaciones a la Constitución, imaginemos si se determinan prioridades y nos enfocamos más en la calidad de la educación que en afectar derechos laborales a los docentes. Lamentablemente, la Constitución, como prácticamente todos los textos, se orienta a la interpretación y en esta pueden darse muchas confusiones.

Es necesario que los recursos se repartan equitativamente en México para que su población pueda avanzar y tener un buen desarrollo

Los miles de mexicanos que viven en la pobreza, la falta de empleos bien pagados, la ausencia de oportunidades para tantos egresados de tecnológicos y universidades, la violencia e inseguridad que rodea nuestras vidas, la pérdida del poder adquisitivo, ¿Son muestra de que los beneficios de la Constitución son tangibles para todos? Claramente no. Lo ideal sería que la riqueza se distribuyera más equitativamente y no se concentrara sólo en una parte de la población; para que los ingresos de los habitantes les permitieran tener una mejor calidad de vida, y que el desempleo fuese casi nulo o inexistente; que no se escatimara en gastos en la cobertura de servicios como la salud y que nuestra industria fuese más productiva y moderna.

Retomando la alegoría de la caverna de Platón, es necesario que salgamos de las sombras, que nos alejemos de las copias y seamos capaces de acceder a la verdad. Si a pesar de las malas y negativas transformaciones que ha sufrido nuestra Carta Magna somos capaces de orientar este documento elemental a propiciar mejor calidad de vida y beneficios para todos, entonces habremos salido de la caverna y alcanzado el ideal platónico.

Lamentablemente, la situación de nuestro país ha hecho que los ciudadanos mantengamos un hartazgo del sistema político nacional, una simulación de la aplicación de la Ley, cuando la Constitución podría generar un estado de mayor bienestar, pero seguimos desaprovechando su potencial. No dejemos que el miedo a manifestarnos, a expresar lo que sentimos, pero sobre todo a que la ignorancia de conocer nuestra Constitución nos impida aplicarla al máximo.

Después de 100 años de expedición de la Constitución, los desastres naturales nos recordó la grandeza de las personas que conforman México

La historia nos muestra la grandeza de México a 100 años de la promulgación de la Constitución, pues es curioso que exactamente en este año que se festeja el centenario de nuestra Carta Magna, se hayan presentado desastres naturales que hacía tanto tiempo no ocurrían. Estos sismos provocaron muchas muertes, daños, pérdidas materiales y económicas, nos afectaron en muchos sentidos como nación. Pero lo más digno de reconocer, y es un motivo de lo que debemos sentirnos orgullosos, es la manera en que respondimos y lo seguimos haciendo como mexicanos: con ese espíritu de lucha, de ayudar a los demás, de restablecer y reconstruir nuestra nación. Pareciera que la naturaleza se ha encargado de hacernos ver que como nación podemos unirnos para conseguir lo que nos proponemos. Despertemos como sociedad, como seres racionales, a vivir una revolución de ideas, de diálogo, de reflexiones, de razonamiento; a abrir nuestra mente hacia nuevas perspectivas y transformar nuestra política, nuestra sociedad y nuestra nación.

Las leyes tienen la fuerza y el reconocimiento suficiente para mantener el orden, la paz, tranquilidad y la conformidad de los ciudadanos, en la medida en que han sido bien reflexionadas y legitimadas por el pueblo.  Es por eso que hacemos un llamado a que se nos contemple como sociedad e individuos para poder proponer y/o sugerir leyes o reformas a la Constitución. Toda la sociedad puede aportar ideas haciendo uso del lenguaje, del diálogo y sobre todo de nuestra capacidad racional innata a la condición humana.

La Constitución, así como una utopía, es el ideal al que deberíamos buscar acceder y trabajar como nación en la persecución de objetivos que a todos beneficien.

Olvidémonos por un momento de los intereses particulares, no condenemos nuestro país a la miseria intelectual, no obstaculicemos nuestro desarrollo, nuestro esplendor como sociedad. Ésta es la invitación que nos hace la Filosofía, un modo de vida donde cambiemos nuestro entorno con ideas y acciones; por eso despertemos y dejemos ver nuestro lado racional para transformar a México como los seres pensantes que somos.

 

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