Donald Trump representa en la política a un niño caprichoso y berrinchudo, pues para conseguir lo que quiere usa las amenazas, y hay que tener en cuenta que el tiempo para las elecciones de Estados Unidos está a la vuelta de la esquina. Durante su campaña anterior, su bandera fue el muro en la frontera con México, lo que le dio un gran empujón para llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, han pasado ya casi cuatro años y no ha cumplido con tal cosa.
Además, durante este tiempo, ha sido muy polémico no sólo con sus declaraciones, sino con los escándalos de acoso sexual o su implicación en el caso de conspiración contra Rusia, del cual finalmente fue absuelto, aunque se dijo que de cualquier manera no se le podía imputar por ello. Luego de pasar por este camino, el mandatario estadounidense vuelve a usar la migración y a México como bandera para llegar a las y los electores estadounidenses.
La migración en los últimos dos años ha aumentado considerablemente en el continente americano, y son migraciones masivas, donde se desplazan familias enteras, cuando anteriormente quienes solía tener mayor movilidad eran los hombres. Desde 2018 a la fecha, la cifra de mujeres e infantes ha aumentado de manera importante, lo que lo vuelve una crisis humanitaria, pues las condiciones que atraviesan en la ruta hacia el “sueño americano” es muy arduas y duras, desde el viaje sobre los vagones del tren, la poca comida, la lluvia, el frío, el calor y los expectativas.
Sin embargo, estas situaciones son algo que no es ni siquiera significante para el presidente estadounidense, quien no mira a quienes migran como personas. Pero en esta Tierra finalmente la mayoría somos migrantes, inclusive en el mismo estado hay migración, así como en el país, y cada una de las personas tenemos razones para movernos.
Por lo que usar este tema como un objeto de combate es un horror, la gráfica de los ataques del mandatario de EEUU, Donald Trump, contra migrantes es la legitimación del racismo hacia personas latinas en Estados Unidos, pues sus declaraciones han construido una mala imagen de quienes migran, a tal grado que ha provocado violencia de todo tipo hacia estas personas por parte de grupos que creen que un Estados Unidos más puro “regresará”.
Ahora, en México las decisiones no debería cambiar la percepción que tenemos de quienes llegan al país en busca de una mejor vida. La xenofobia, como bien lo han dicho algunas autoridades, es un error. Durante la conferencia del equipo del presidente la República, Andrés Manuel López Obrador, este 14 de junio, se dio a conocer a través del canciller Marcelo Ebrard que el negocio de la migración “ilegal” es de 6 mil millones de dólares.
Además existe otra problemática, pues a quienes provienen de Centroamérica e intentan cruzar a EEUU les son rentados niños para conseguir pasar más rápido, pues se ha estado generando la idea de que traer a un menor facilita la entrada al país, pero esto no es así. Por lo que el tema de migración, si los gobiernos de Estados Unidos y de Centroamérica o inclusive del país no lo atienden como un asunto humanitario, nosotros como población sí deberíamos.
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