La mirada es normal, mujeres y hombres voltean a ver cuerpos que les agradan, sin embargo, los hombres aprenden de determinada manera y deliberada
En entrevista con Verónica Terrazas, presidenta de Consejo Social de Inmujeres, sobre el acoso callejero contra las mujeres, expresó que una de las maneras en que se ejerce esta violencia es a través de las miradas, pues en muchos casos los agresores se encargan de que las mujeres se den cuenta de que las están mirando de ciertas formas y en ciertas áreas de cuerpo.
El acoso callejero además agrede a la libertad de las mujeres pues es un juicio que las mujeres no piden y nadie tiene derecho a realizar comentarios sobre el cuerpo de alguien más, de igual manera “los comentarios inofensivos” también se califica como acoso, pues fueron comentarios no pedidos, explicó Verónica Terrazas.
Por otra parte, una de las herramientas principales para erradicar la violencia, son las leyes, sin embargo, por más avanzadas que estén no serán suficiente, dado que el problema del acoso tiene mucho que ver con la cultura, por ello es necesario una deconstrucción social en donde se determine que el cuerpo de las mujeres no es para la comunidad sino solamente de ellas, por lo tanto, nadie tiene derecho a piropearlo, mirarlo ni a desearlo.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en su publicación, Acoso sexual en el espacio público: la forma en que se construye la ciudad está en deuda con los derechos de las mujeres; en el 2013 en la ciudad de Bogotá y México 6 de cada 10 mujeres sufrieron agresiones sexuales en el transporte público.
La CEPAL, en otro estudio menciona que las mujeres además de temer a los asaltos o secuestros, temen a ser violadas, además de estar expuestas a una forma de violencia cotidiana, a través de las palabras, sonidos, frases, roses, así como el abuso físico que tienen efectos negativos en la seguridad en la calle.
Otra de las consecuencias del acoso callejero es que limita a las mujeres a vestirse como quieran, muchas mujeres dejan de utilizar vestidos, porque se transportan en camiones o algunas mujeres cuando utilizan blusas de tirantes o escotadas, en sus bolsas suelen cargar con otra blusa o saco para ponerse al momento de subirse en el transporte público.
En este sentido la presidenta de Consejo Social de Inmujeres, dijo que a pesar de que mujeres y hombres tienen los mismos derechos, no es lo mismo a la hora de transitar por las calles de las ciudades, pues las mujeres a diferencia de ellos no tienen la seguridad de hacerlo.
Verónica Terrazas señaló que las mujeres desde los 3 años de edad, tiene que aprender a cuidarse de una posible agresión, saben que se tienen que cuidar de una violación, aunque no sepan que significado eso, pero se sabe que no debe de pasar y viven con ese miedo.
El mismo estudio de Cepal, compartió la feminista presidenta de la asociación civil Alma Calma, desde los 9 años las niñas empiezan a ser víctimas de acoso callejero, por su parte INEGI revela que de los 12 a los 17 años es el rango de edad que mayores agresiones recibe y en mayor vulnerabilidad se encuentra.
Actualmente las redes sociales han sido extensiones de voces para las mujeres y es en ese medio donde las mujeres han denunciado situaciones de acoso que han sufrido.
Las miradas también lastiman, el acoso no es una broma pues puede llegar a violencia feminicida
Un piropo puede detener el camino de una mujer por miedo, este es un caso real, que fue denuncia a través de la campaña #MiPrimerAcoso, de acuerdo a Verónica Terrazas, una Chica había denunciado
que había sufrido acoso por parte de unos albañiles que se encontraban laborando y le dijeron a la chica, adonde nos la llevamos ¿qué hacemos con ella? o le reventamos, esto aludiendo a una relación sexual forzada, la chica decide ir a denunciar y como respuesta obtuvo una negativa que por piropos como iba a denunciar y además porque no sabía quiénes eran, sin embargo si sabía para que empresa estaban trabajando y ese tipo de denuncias si se pueden hacer, en la denuncia a través de redes sociales la chica relata que cuando regreso a su casa le pusieron a un policía para cuidarla y el policía le dijo a su mamá que le dijera a su hija que la próxima vez que los muchachos le dijeran algo que no se defendiera, porque después los señores podían acusarla por lesiones, toda vez que cuando las personas que le gritaron ¿adónde nos la llevamos? Ella se defendió con gas pimienta, además de ello los hombres dijeron que no era para tanto que solo le jugaban una broma.
Sin embargo, estas agresiones siguieron, otra de las situaciones que le tocó vivir a la chica es que cuando pasaba por donde se encontraban los albañiles, varios empezaban a cantar que organizados a todos les tocaba follar, entonces no solamente no era uno el que estaba acosando sino el grupo, lo anterior configura una amenaza e intimidación, así como violencia psicológica y esto puede llegar a la violación, incluso al feminicidio, señaló Verónica Terrazas.