Una de las medidas para la no revictimización a personas que sufrieron abuso sexual es evitando negar la violencia o el abuso: Unicef
Del 9 al 11 de febrero en el estado de Chihuahua hay dos sacerdotes involucrados en abuso sexual a menores de edad, uno de los casos es de Aristeo Baca de la Diósesis de Juárez y el segundo caso es el del sacerdote
Ramiro Plascencia González de la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Nuevo Casas Grandes.
El sábado 9 de febrero fue detenido en Juárez el sacerdote Aristeo Baca Baca, asignado a la parroquia de Santa María de la Montaña, perteneciente a la Diócesis de Ciudad Juárez, por elementos de la Fiscalía General del Estado, después de las investigaciones en su contra por delito de abuso y violación sexual en contra de una menor de edad de 11 años.
Luego, el 11 lunes de febrero, el padre Ramiro Plascencia González, asignado a la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Nuevo Casas Grandes, acudió a la diligencia, donde el ministerio público lo detuvo y le formuló cargos legales por el delito de abuso sexual cometido en contra de una menor de 17 años. En esta última denuncia se interpuso en septiembre de 2018, mientras que las investigaciones dieron inicio el 23 de ese mismo mes.
El padre Aristeo Baca tiene el apoyo de la comunidad: Diócesis Cd. Juárez
El vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, informó que en el caso del sacerdote Aristeo Baca, el detenido tiene el apoyo legal y moral de la comunidad católica. Y expresó que el sacerdote es conocido por su labor durante 40 años.
Explicó que el 10 de febrero varias personas se reunieron en el estacionamiento del Cerezo Estatal No. 3 para rezar por la liberación y salud del padre Aristeo Baca. Además de ello han mostrado su apoyo a través de pancartas y han convocado a una vigilia por el proceso que afronta el líder espiritual.
¿Cómo se debería de actuar ante estos casos?
De acuerdo con el “Protocolo de actuación en situación de violencia física, psicológica, sexual, acoso y hostigamiento sexual”, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), establece que hay siete pasos a seguir: el primero es la detección, el segundo caso es la comunicación con las autoridades de la institución, luego la comunicación con las personas responsables del o la menor.
Luego de ello se abre camino a la atención de la situación, mostrar apoyo al o la menor afectada, el quinto paso es la elaboración de un informe de actuación, seguimiento del caso y por último medidas o acciones para restaurar la convivencia.
Por otra parte, habla de las consideraciones que se deben realizar para evitar la revictimización, las cuales indican que se debe actuar de forma inmediata, interponer rápido la denuncia cuando se tenga sospecha de la comisión del delito, considerar primordialmente el interés de la persona afectada. Se debe custodiar el expediente que tenga información sobre la situación para asegurar la privacidad.
Asimismo, se debe mantener la confidencialidad de la información, es importante que no se emitan opiniones, juicios de valor o cuestionar la situación de violencia. Se debe evitar la confrontación de la persona afectada con el agresor o agresora.
Al referirse a la persona afectada se debe evitar usar la palabra “víctima”. El relato de la persona no debe ser cuestionado, evitar culpabilizar, negar o minimizar la violencia o el abuso, expresar a la o el afectado que ha sido muy valiente en revelar lo que ocurre.
Por otra parte, de acuerdo con el “Protocolo de investigación de delitos sexuales cometidos contra menores», de la Red por la Justicia, de la investigación de estos casos es que en todo momento se debe cuidar la dignidad de las dos partes, es decir, tanto del acusado o acusada, como la persona ofendida.