El costo de la degradación Ambiental en México alcanza 4.5% del PIB, solo se invierte .45% en remediación: SEMARNAT
En 2019 la suma de los costos por el agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental o Producto Interno Neto Ajustado Ambientalmente (PINE) resultó al 4.5% del PIB, equivalente a mil 96 millones de pesos mexicanos. Ese mismo año se invirtieron 104 millones 433 de pesos en los gastos de protección ambiental (GPA), 0.45% del PIB (INEGI, 2020). Entre 2003 y 2019 la inversión en este rubro no ha alcanzado el 1% del PIB y lleva una tendencia a la baja desde 2012 (SEMARNAT, n.d.).
La forma y velocidad con que se produce y consume en el mundo actualmente es simplemente insostenible, además es injusta, nuestro apetito por lo conveniente, lo nuevo y lo desechable perpetúa e incrementa los índices de pobreza, amenaza la seguridad alimentaria, limita la disponibilidad del agua, pone en riesgo la salud pública y reduce la resiliencia de las comunidades rurales y urbanas.
México ocupa el 9 lugar mundial por su consumo de recursos, la actual forma de vida demanda 2.6 hag para cada persona.
El aumento del Producto Interno Bruto (PIB) de las últimas décadas ha sido paralelo a la generación de residuos sólidos, las emisiones de gases de efecto invernadero, la descarga de aguas residuales y el consumo doméstico, mientras que los bosques y selvas se han ido reduciendo. Para asegurar el bienestar generalizado y duradero es necesario desvincular el crecimiento económico del deterioro ambiental (Arroyo-Currás, 2020, 93)
México tiene una huella ecológica de 339 millones hectáreas globales (hag) que lo posiciona en el lugar número 9 del ranking mundial; ello implica que cada persona viviendo demanda 2.6 hag. En contraposición el país solo tiene 1.1 hag de biocapacidad per cápita (Footprint Network, 2021).
México cuenta con un déficit ecológico de -1.5 hag y la expansión de las zonas agrícolas y de pastoreo, minería y crecimiento urbano desordenado y acelerado ha causado la pérdida del 27.5% de los bosques, 42.5% de las selvas, 39.8% de pastizales y 10.3% de matorrales, un total equivalente a aproximadamente el 50% de la cobertura vegetal original de México (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 2019, 24).
De los suelos destinados a actividades productivas el 68.4% presenta degradación; el 46.9% se debe a la degradación química, relacionada principalmente al uso de fertilizantes. (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 2019, 24).
Ante este escenario uno de los retos derivados de la Crisis Climática implica replantear nuestros hábitos y reorganizar nuestras prioridades para poder satisfacer dignamente las necesidades de todas las personas dentro de los límites del planeta.
Desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente es una tarea impostergable. Hacer más y mejores cosas con menos recursos, incrementando las ganancias netas de bienestar de las actividades económicas mediante la reducción de la utilización de los recursos, la degradación y la contaminación durante todo el ciclo de vida, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Producir y consumir dentro de la capacidad de regeneración de los ecosistemas naturales.
¿Qué podrías cambiar para reducir tu impacto ambiental?
El esfuerzo para conservar nuestro planeta en las mejores condiciones para habitarlo nos requiere a todas las personas, ¿crees que podrías hacer algunos cambios para frenar la degradación ambiental?
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