Hace nueve años, la noche del 16 de diciembre de 2010, a la activista Marisela Escobedo le fue arrebatada la vida frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, luego que desde 2008 comenzara una búsqueda de justicia por la muerte de su hija Rubí Marisol, cuyo asesino confeso fue puesto en libertad.
Fue la historia de Marisela la que detonó en la cantautora chihuahuense Lavinia Ekaterina el sentimiento y la necesidad de escribir una canción que expresara la fortaleza y valentía de la activista, que fuera digna para la lucha que no abandonó nunca, expresó la artista.
“Está colaboración fue algo muy especial para mí, fue como mi primer regalo para mi hija, un granito de arena para ayudar a que en un punto ella tenga más seguridad o al menos libertad”. –Jennifer Irigoyen.
La poca protección para ayudar a una madre que exigía justicia para su hija y la deslealtad que siempre la rodeó empujó a Lavinia a tener en pocas horas una letra que habla sobre los pensamientos que tal vez pudo tener Marisela respecto de su hija Rubí, el deseo de verla una vez más y la desilusión por la indiferencia de un Gobierno indolente.
La canción fue escrita en 2014, sin embargo, no fue hasta este año 2019 que pudieron grabar un video que reflejara el mismo sentimiento, bien producido y con corazón, el cual fue dirigido y coproducido por la diseñadora Jennifer Irigoyen, de quien dijo mostró una gran empatía en el tema.
El video musical intenta ser una memoria y recordatorio de la lucha de las familias que en la actualidad sufren el dolor ante una realidad de 9 feminicidios diarios en nuestro país, aseveró Lavinia Ekaterina. Y que siembre la sensibilización en una sociedad que en ocasiones se muestra renuente a poner los reflectores en este tipo de casos.
Por su parte, Jennifer Irigoyen, expresó que éste fue un proyecto creado con el corazón lleno de tristeza, de rabia y miedo, pero también con fuerza y esperanza. En el video aparecen integrantes del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm), quienes buscaron justicia para Marisela; chicas del centro de rehabilitación Unidas por Amor, talentos de la compañía Teatro Alisson, la Casa del Migrante y mujeres de colectivos feministas y organizaciones en favor de las mujeres, como Las Malinches y Colectivo Genia.
Jennifer conoció a Lavinia cuando estuvo colaborando con el Colectivo Genia, y donde le tocó la oportunidad de entrevistar a la cantautora. Tiempo después, en 2018, fue que Lavinia la contactó para que la ayudara a dirigir el video musical, el cual representa su debut y el inicio de lo que desea hacer el resto de su vida, que es crear contenido con significado en video, e inclusive hasta producir películas.
La composición del video musical era algo que Lavinia ya tenía en mente, por lo que Jennifer ayudó a plasmar las ideas de la cantautora, y a la vez pensar en Marisela Escobedo y ponerse sus zapatos, así como en los de todas las madres que han perdido a sus hijas, y de las hijas e hijos que han perdido a sus madres. Aseguró que ha sido un trabajo muy duro, especialmente ahora que se estrena como madre y puede experimentar el inmenso amor que se le puede tener a una hija, así como el miedo de perderla. “Es muy doloroso vivir pensando que esto podría pasarle a cualquiera, que los criminales no tienen miedo porque saben que la justicia en nuestro país parece estar más de su lado que del nuestro como mujeres”.
Sin embargo, esta colaboración también representó un grito de justicia, una promesa y el primer regalo hacia su hija, pues lo vio como un granito de arena que ella podía aportar en la persecución de un mundo más seguro y libre para las mujeres, así como un ejemplo de la necesidad de alzar la voz y demostrar que el arte es viable inclusive para expresar y manifestar aquello que nos lacera.
Expresó haber disfrutado trabajar con Lavinia, de quien aseguró es una artista muy sensible y empática, quien ha usado su talento para dar voz a las mujeres. Dijo admirarla y verla como un ejemplo de bondad y fortaleza, no sólo para ella, sino para otras jóvenes y mujeres, quienes en este camino de violencia han visto la esperanza y la realidad de que no están solas.
Mencionó además que, a pesar de quedarse con rabia, dolor, miedo y muchísima impotencia, trabajar en el video musical también le dio la esperanza de poder ir creando un mundo mejor para las mujeres, además de haberse empapado en la valentía y sororidad de quienes aparecen en él.
Lavinia Ekaterina y Jennifer Irigoyen, mujeres en pie de lucha
Casi toda la obra de Lavinia Ekaterina está dedicada a la erradicación de violencia de género, al amor propio, amor familiar y la fortaleza ante las dificultades. En su camino profesional ha ganado el Premio Municipal Agustín Melgar 2006, Premio Estatal a la Juventud 2015 y Reconocimiento al Mérito Rotario 2018.
En cuanto a Jennifer Irigoyen, estudió Comunicación Gráfica en la Facultad de Diseño y Comunicación Gráfica de la UACH y se ha dedicado a la creación de contenido visual publicitario, siendo fotografía y video lo que más disfruta. Ella quiere encaminar su carrera por videos que reflejen y sean de ayuda en problemáticas sociales o que estén enmarcados en aquellos momentos de felicidad de las personas, como las bodas. Y más arriba de todo esto, su sueño es llegar a ser directora de cine, para darle voz a quienes se quedan en silencio.
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