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Rascón Banda fue mi gran amor y sigue presente en mi vida: María Bonilla

Pasional, perdurable y conflictiva por ser ambos de carácter fuerte, así recuerda María Bonilla, de Costa Rica, su relación con el dramaturgo de Uruachi, Víctor Hugo Rascón Banda, con quien compartió 15 años de su vida, y tras 12 de su muerte sigue un amor y admiración vigentes.

María Bonilla, actriz de teatro y cine, directora teatral y escritora costarricense, conoció de frente a frente al dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda como la mayoría de sus amistades cercanas: por el teatro.

“Mi literatura, novela y poemario, guardan un gran recuerdo de Víctor Hugo Rascón Banda, de la Ciudad de México y de Chihuahua. Él sigue muy vivo y presente en mi vida”. –María Bonilla.

Fue en un festival de Puebla, cuando María Bonilla presentó una obra de teatro dirigida por ella, que tuvo el placer de estrechar manos con el dramaturgo, más allá de la lectura de su obra.

Víctor Hugo Rascón Banda llegó en aquel momento a ver la función y les hizo una hermosa crítica que publicó en Proceso. Poco después la escritora tuvo la oportunidad de hablar con él de manera más personal y cercana; unos meses después la invitó a ir a México a ver el estreno de una de sus obras. Aquella amistad, que escaló al amor, abarcó los últimos 15 años de la vida del dramaturgo y aún ahora, tras 12 de su muerte, sigue estando de cierta manera presente.

Indicó que el evento empezó con un foro, donde hablaron sobre la medicación para personas enfermas mentales y sus consecuencias. En aquel momento el psicoanalista que llevaba el tema pidió un aplauso para Víctor Hugo Rascón Banda, quien no había podido asistir, y al comenzar el aplauso alguien levantó una mano entre el público. Al dársele la palabra, era Rascón Banda, quien estaba muy emocionado, como todo el público que tenía alrededor.

Cuando el foro y la obra “La mujer que cayó del cielo” terminaron, Rascón Banda se fue con el elenco a cenar y les contó la travesura que había hecho. Aquella tarde había llegado al teatro y se formó en la fila para comprar la entrada. Al estar ahí les preguntó a quienes estaban en la fila frente y detrás de él sobre quién era el dramaturgo de aquella obra, si era conocido en Costa Rica, quiénes eran las actrices y directora, y acerca del pueblo ralámuli.

Afortunadamente, esbozó María Bonilla, a quienes les preguntó conocían sobre el trabajo de ella y lo maravillosa que era; también sobre Rascón Banda, especialmente el detalle de que llevaba sus juicios legales al teatro, y mencionaron que aquella era una historia conmovedora. Por lo que el dramaturgo entró muy feliz al teatro.

Otra de las obras de Rascón Banda que María Bonilla llevó a escena fue “Mujeres que beben vodka”, a la cual le hizo algunos cambios en una escena, y el dramaturgo se negó a verla porque no quería pelearse con ella por aquel cambio. Sin embargo, cuando la directora montó “Los niños de Morelia”, también de Rascón Banda, con la embajada de México y España, en Bellas Artes, hizo trampa y le dijo que la conferencia donde él debía participar era a las 5, pero debían llegar a las 4 porque el elenco quería hacerle un homenaje.

Una vez atrapado, le mostró sus cambios en “Mujeres que beben vodka”, puesta que estuvo llena a pesar de que no hubo publicidad, pues era un secreto. Luego llegó la conferencia y la otra obra, “Los niños de Morelia”. “En los tres eventos lloró y fue una experiencia maravillosa”, aseguró.

Durante su relación, María Bonilla vivió en Costa Rica, mientras que Víctor Hugo Rascón Banda residía en México. Pero eso no los detuvo para estar juntos, viajaron, se encontraron en París, Wisconsin, España, El Salvador; compartieron congresos y discutían mucho sobre teatro. Ambos eran de temperamento fuerte, y esa también marcó una pauta importante. Pero hubo un momento en que ambos vivieron entre mucha paz, que fue mientras estuvieron en Tepoztlán.

Ella lo acompañó en momentos muy dolorosos para Víctor Hugo Rascón Banda, como la quiebra de los bancos, su historia con el Sogem y durante su enfermedad. Durante muchas noches María Bonilla durmió en el Hospital ABC para estar a su lado.

La directora teatral, mencionó que antes de estrechar ese lazo con Víctor Hugo Rascón Banda, él ya era muy conocido en el país de origen de ella: Costa Rica. Cada vez que iba, él provocaba pequeños escándalos, resultado de dos culturas totalmente diferentes, pero muy entrelazadas entre sí.

Recuerda que una vez, junto con Graciela Moreno, quien en algún momento de su vida fue directora del Teatro Nacional de Costa Rica, invitaron a varios dramaturgos mexicanos, entre ellos a Emilio Carballido, Vicente Leñero y Víctor Hugo Rascón Banda, al Festival Internacional de las Artes. El chihuahuense dio una conferencia.

Para entonces Rascón Banda ya se había hecho de nombre, pues anteriormente había llevado dos obras a aquel país: “Contrabando” y “Cierren las puertas”. La primera termina con la explosión del escenario, sin embargo, en Costa Rica no acostumbran a usar vidrio de azúcar, por lo que el escándalo asustó a más de una persona.

Con la segunda, “Cierren las puertas”, María Bonilla, relató que Costa Rica es un país muy pacífico, democrático, tranquilo y protector de los animales, sobre todo antes; y en esa obra aparece una pelea de gallos. Al saberse, la sociedad hizo un llamado y protesta, por lo que Víctor Hugo, anunció que los gallos no pelearían, sino que sólo harían una coreografía.

A partir de que María Bonilla y Rascón Banda se conocen, empiezan una relación llena de conversaciones y viajes, de un amor muy intenso, conflictivo y complicado, que después de 12 años de la partida del dramaturgo, ella sigue guardando con gran cariño.

Ella empieza a ir a sus estrenos, y cuando él le habló de “La mujer que cayó del cielo” ella la puso en escena en Costa Rica, para luego recorrer el mundo. Pero al invitarlo al estreno, Rascón Banda le dijo que no podría ir a verlo.

Ese día, recuerda que el elenco y todo el grupo sentían mucho nerviosismo, y desconocían por qué. Mencionó que en Costa Rica desconocían todo acerca de las personas ralámuli, su cultura y su hogar, la Sierra Tarahumara; por lo que prepararon en el lobby del teatro de la Compañía Nacional pósteres grandes donde aparecían Rita, la protagonista, y lugares icónicos de la sierra. También habían colocado canastas y vasijas con calas (alcatraces).

Lo recuerda todos los días como un gran conversador, inteligente, de gran carisma y mucha presencia. Para ella sigue siendo una persona muy cercana y viva, aún ahora continúa hablando con él. Inclusive toda la literatura de María Bonilla está llena de su nombre y su esencia, sus recuerdos.

Agradeció la labor de Lorena, sobrina de Rascón Banda, por difundir sus obras, los análisis y estudios, pues su nombre es fundamental para la dramaturgia mexicana, él expone los problemas de la frontera norte. Que se conozca, que se lea y se monte en escena.

No se pierdan las Jornadas RasconBandianas virtuales: María Bonilla

María Bonilla invitó a todas las personas a revisar el sitio rasconbanda.art para conocer los horarios de las próximas Jornadas RasconBandianas, las cuales, por la situación de Covid, serán virtuales. También hizo una atenta invitación a ver su conferencia, así como las presentaciones, lecturas y canciones.

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