Desde que se elevó el Covid-19 a pandemia, diversos países han optado por tomar una cuarentena, distanciamiento social o sana distancia, lo cual consiste en mantener un resguardo en casa durante el tiempo en que se incuba el virus, para evitar contagios masivos. Sin embargo, al ser una situación diferente y hasta nueva para muchas personas, la salud mental se ha visto afectada.
El encierro ocasiona que una persona comience a tener poco contacto humano, y esto a su vez da un bajón en los neurotransmisores, los cuales dejan de funcionar, ya que somos mamíferos gregarios, de acuerdo con el terapeuta Christian Ortiz.
“La cuarentena es mucho más fácil para las personas introvertidas porque no sufren, pero las extrovertidas tienden a la ansiedad”. –Christian Ortiz.
Cuando se habla de un mamífero gregario, Christian Ortiz se refiere a seres vivos que tienden a asociarse con otras y otros individuos de su misma especie, es decir que nuestro sistema natural es la socialización. Por lo que en un estado de encierro se pueden llegar a padecer ansiedad, nostalgia y depresión.
Aunado a esto, el capitalismo nos tiene acostumbradas a las personas a no estar solas físicamente, por lo que al momento de enfrentarnos a preguntas como: ¿quién soy cuando no produzco? O ¿quién soy si no hago? Se empieza a formar una confusión y a develar facetas de nosotras mismas no hemos tenido tiempo de ver, como el hecho de conocernos como individuos.
Los conflictos en este ambiente también son fáciles de salir a flote, como las peleas con la pareja, con la familia, con las y los hijos. Sin embargo, Christian Ortiz, mencionó que estos conflictos pueden no ser nuevos, sino que muchas veces no somos conscientes de ellos, debido al estilo de vida que tenemos.
Las parejas, por ejemplo, cuando viven juntas y trabajan, es usual que no se vean la mayor parte del día, por lo que empiezan a salir todas las situaciones emocionales que no se ven o se ignoran. Se llega a una confrontación de unas contra otras, o con nosotras mismas.
Por lo que hay dos maneras de vivir esta cuarentena, dijo: de manera dolorosa o aprovechar el tiempo para acercarnos a nosotras y a quienes amamos.
Cuando se habla de aprovechar el tiempo, Christian se refiere a desarrollar talentos que no tenemos, aprender cosas nuevas, entrando por las puertas abiertas del internet para sujetarnos de todas esas personas que comparten sus conocimientos con nosotras por medio de tutoriales, ya sea de alguna manualidad como bordar o tejer, e inclusive actividades que están más emparentadas a cuidar nuestra salud mental, como el mindfulness.
Christian, también explicó que durante un encierro es normal sentirse vulnerable, sobre todo en tiempos como los que corren en la actualidad, ya que vivimos con un bombardeo constante de pánico mediático. Por lo que es importante tener en cuenta que el aislamiento es físico, no emocional.
Esto significa que, si bien aplicar una sana distancia por nuestra salud es primordial, no debemos dejar de lado la socialización, llamar por teléfono, enviar un mensaje, hacer una videollamada, ya que el aislamiento no tiene por qué ser emocional. Y hay que tener en cuenta que la cuarentena es cuidarnos a nosotras mismas y cuidar a las demás personas.
En el cuidado a los demás es sencillo hacerlo cuando tomamos consciencia de que el poder de la información es enorme, y ese poder está a la mano de todas y todos, por lo que nuestra responsabilidad es dejar de desinformar, no compartir noticias falsas ni material que cree pánico entre nuestras amistades y familiares.
Cuarentena, el campo para la violencia
El encierro, el límite de espacios y la situación precaria de la desinformación son factores que pueden detonar situaciones de violencias de género o intrafamiliar, por lo que Christian Ortiz, pidió estar en atención a este tipo de casos, teniendo en cuenta que nuestra familia, aunque no la veamos, sigue estando ahí, por lo que es importante seguir cuidándonos entre nosotras.
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