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Su esfuerzo dio 15 medallas internacionales a gimnastas Down mexicanas

Para cuatro jóvenes gimnastas parralenses con síndrome de Down, las adversidades se sortean saltando, con un lazo o al ritmo de una buena pieza musical, al igual que al resto de atletas que asisten al Gimnasio Bonsái, en Hidalgo del Parral, Chihuahua, y no dudaron en demostrarlo durante una copa internacional, donde lograron 15 medallas.

Flor Porras, Rocío Soria, Marcela Pro y Lluvia Próspero, gimnastas con una gran trayectoria, demostraron durante la 1ª Copa Internacional de Gimnasia Rítmica de Olimpiadas Especiales, en Yucatán, que son atletas más que preparadas para hacerse de 15 medallas en una competencia donde enfrentaron tanto talento nacional como internacional.

“Cada experiencia es mucho aprendizaje”. –Rebeca Martínez, entrenadora.

Tras largas jornadas de entrenamiento diario, las jóvenes del Gimnasio Bonsái lograron grandes resultados, donde por ejemplo Flor Porras recibió una medalla de oro, una de bronce y dos cuartos lugares; Rocío Soria se llevó una de oro y tres de plata; Marcela Pro obtuvo una de oro y tres de plata; mientras que Lluvia Próspero ganó una de oro, una de plata y dos de bronce.

De acuerdo con su entrenadora, Rebeca Martínez Coronado, la participación de las atletas fue contra otras niñas de nivel nacional e internacional, pues a la copa asistieron gimnastas de México y Estados Unidos. Además, señaló importante tomar en cuenta que las y los jueces eran también estadounidenses, lo cual validó aún más los lugares ganados por las atletas de Bonsái.

Las cuatro jóvenes son de gimnasia rítmica nivel 2, donde se manejan cuatro implementos, que son los aros, las clavas, la cuerda y el listón. Cada una de ellas participó con estos cuatro implementos y fueron calificadas en base a su desempeño.

Sin embargo, ésta no es la única competencia a la cual han asistido, pues han estado en lugares como Morelia, Puebla e inclusive Panamá, a donde fueron a un Centroamericano. Y esto es el resultado de las largas horas de entrenamiento, pues Rebeca Martínez, señaló que en Bonsái su tarea primordial es que la totalidad de sus atletas tengan una preparación muy profesional.

Explicó que, en el Gimnasio Bonsái, donde además de la gimnasia se practica el béisbol, atletas principiantes asisten dos horas, tres veces por semana; cuando tienen más tiempo van el mismo tiempo, pero todos los días de la semana; mientras que quienes ya están en un nivel avanzado, entrenan tres horas o más diarias. Es así como se percatan de qué tanto compromiso se tiene, y no sólo por parte de gimnastas, sino también de padres y madres de familia, quienes de la misma manera deben hacer un enorme esfuerzo.

En Bonsái trabajan con atletas con todo tipo de discapacidad, como la psicomotora, con personas con parálisis cerebral; o discapacidad intelectual, como niños y niñas con síndrome de Down. Asimismo, ayudan a gente adulta mayor y gente adulta con discapacidad, quienes pueden tener contacto con la gimnasia artística, en trampolín o rítmica, para niñas, niños, jóvenes y personas adultas.

En el gimnasio trabajan alrededor de 15 entrenadoras y entrenadores, mientras que otras dos personas son para las clases de béisbol. También dan oportunidad a jóvenes que estudian a trabajar con facilidades para continuar con su escuela y con una gratificación económica que les puede ayudar.

Rebeca Martínez, comentó que fue su hermano Benjamín Martínez quien empezó con el gimnasio hace 20 años, donde en una primera instancia se impartían pesas, karate y aeróbics, y el nombre se les ocurrió por la película “Karate Kid III”, donde salen un árbol bonsái. No obstante, su hermano se mudó a la ciudad de Chihuahua y fue entonces que ella y su esposo, Jaime Quintana García, decidieron hacerse cargo.

La inquietud por encaminar las vidas de sus 4 hijos y una hija cerca de la línea del deporte fue el motor que impulsó a este proyecto, al cual no eran tan ajenos pues ella en algún momento fue atleta y su esposo beisbolista. Y la meta no era sólo que hicieran ejercicio, sino que sus atletas pudieran competir y disfrutar de un mejor estilo de vida. Es por esta razón que están afiliados a diferentes organizaciones, como la Federación Mexicana del Béisbol, Federación Mexicana de Deporte Especial, Olimpiadas Especiales y a Williamsport.

La idea de aceptar a personas con discapacidad surgió luego de que invitaran a la entrenadora a trabajar en el Centro Down, donde pudo conocerlas mejor, quitarse cierta incertidumbre y miedo que llegó a sentir por no saber tratarlas y donde nació la necesidad de apoyar con un espacio a personas con diferentes discapacidades y que pudieran acercarse con toda confianza al deporte.

Durante su experiencia trabajando con gente con discapacidad, Rebeca Martínez, explicó que los obstáculos han surgido, como en todo, comenzando con lo difícil que es a momentos tratar con algunos padres y madres de familia, quienes en muchas ocasiones sobreprotegen a sus hijos e hijas ante las malas experiencias que se topan en la vida.

Recordó que, en cierta ocasión, al asistir a una competencia en Los Ángeles, ella pudo vivir en carne propia las dificultades que experimentan quienes vive con una discapacidad, y fue difícil lidiar con gente que le tenía miedo, le hacían mala cara, que no la quisieran integrar a clase o se le quedaran viendo, y todo debido a una equivocación, pues la confundieron con una gimnasta Down. Pero aseveró que apartarles de la sociedad es mucho peor, por lo que lo mejor es dejar el miedo atrás y enseñarles a enfrentar cada situación que se presenta.

Otra de las dificultades de trabajar con niños, niñas y jóvenes con discapacidad es cuando los padres y madres de familia son flojas o cómodas, y evitan la fatiga de llevarles al gimnasio, por lo que recalcó que el Centro Down ha sido de mucha ayuda en ese aspecto, ya que son quienes les ayudan al traslado de sus atletas.

Es por esta razón por lo que la entrenadora estaba muy interesada en que las mamás asistieran a la competencia, y vivieran y sintieran de lo que son capaces de lograr sus hijas, desde una espera nocturna en el aeropuerto, cumplir con horarios o ir a la competencia. Por lo que consiguieron que las cuatro madres pudieran asistir.

Y a pesar de todo el trabajo que conlleva, señaló que la satisfacción y la empatía que experimentan ella y su familia no tiene precio. Es por esta razón que en equipo trabajan y se esfuerzan por quienes van al Gimnasio Bonsái. Pues el reto como entrenadores y entrenadoras es que sus atletas logren romper todos los esquemas no escritos, y vayan tan lejos como sus habilidades y ganas les lleven.

Gimnasio Bonsái, un bosque de posibilidades para gimnastas y beisbolistas

En la actualidad, al Gimnasio Bonsái asisten alrededor de 100 atletas, entre gimnastas y beisbolistas, sin embargo, cuando hace calor hay más gente. Y quienes tienen alguna discapacidad tienen la facilidad de asistir sin tener que pagar, aseguró la entrenadora Martínez.

Llevar al equipo a una competencia en Yucatán es sólo una de las tantas actividades que buscan seguir haciendo, y por la cual agradecieron a Gloria Ivón Chávez, quien ayudó a gestionar los apoyos para llegar tan lejos.

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