México es un país lleno de colores y vida, fantasía, sabores cargados, de artesanías que nos transportan a un mundo mezclado entre lo prehispánico y lo moderno, lo mágico y lo tangible, plagado de sentimientos. La cartonería mexicana es un arte que plasma todo esto y da presencia de nuestra esencia en todo el mundo.
Para Axel Palacios, un joven artesano de la ciudad de Nezahualcóyotl, en el estado de México, la cartonería es además un estilo de vida; sembrado por sus padres, Elena Lugo y Mauricio Palacios, crece día con día en el taller familiar Nahualcalli, donde además de su pareja, Jessica Castillo, trabajaban más de 10 familias artesanas, originarias de lugares donde la cultura y el sustento no tienen una buena relación.
“Siento que lo que hago sirve al menos para alegrar a alguien más; para hacer que otros vean el mundo a través de mis ojos y difundir las tradiciones de mi país”. –Axel Palacios.
La cartonería, exportada en un principio desde Portugal y España, fue usada como método de evangelización en México, donde cada fiesta religiosa estaba enaltecida con piezas como piñatas, judas o máscaras, pero ahora ha extendido sus raíces en esta tierra, según se explica en el sitio web del taller.
Piezas elaboradas desde un esqueleto metálico; moldeado hasta lograr una figura llena de fantasía a partir de papel, principalmente, y engrudo; y pintado con los más variados y brillantes colores, son las características físicas de la cartonería. Sin embargo, la imaginación, la esencia de la persona artesana, las experiencias y lo sueños son los que complementan estas artesanías.
Las obras tradicionales van desde los famosos alebrijes, lupitas, calaveras, máscaras, cráneos, catrinas y los judas. Pero cada figura que rodea el alma de México es un elemento más que puede ser transformado en una obra, como los chihuahueños o los ajolotes.
Para la familia Palacios Lugo, la cartonería representó un oficio que llevaba la comida a la mesa cada día, pero las bondades de la web y los ojos curiosos de quienes viven en el extranjero la han llevado a posicionarse en más de 15 países con diversas piezas.
Y para tratar de devolver un poco de lo ganado, han abrazado a otras familias artesanas, quienes habitan en zonas lejanas de cualquier programa de apoyo o fomento a la cultura, para dar a conocer su material más allá de nuestras fronteras. A partir de la creación de esta red de colegas es que Nahualcalli (la casa de los nahuales) pasó de ser un negocio familiar a una ventana a las tradiciones mexicanas, hechas por las manos de un sector desfavorecido.
Ahora, además de la cartonería, el taller ha añadido a su escaparate piezas de barro, de cerámica, de madera, arte huichol, porcelana fría, con historias y significados diferentes, pero con el mismo sabor y pasión. ¿Te gustaría verlas? Entra a Taller Nahaulcalli.
¿Quieres aprender a hacer una catrina? Taller gratis de cartonería
Axel Palacios y su familia comprenden que, en la actualidad, con la preocupación en aumento del virus SARS-CoV-2 y el aislamiento físico los días pueden volverse difíciles en cierto punto, por lo que en busca de ayudar a despejar la mente han decidido transmitir una serie de talleres gratuitos para aprender a hacer piezas de cartonería por medio de videos en vivo en su página de Facebook.
El viernes 24 de abril dará comienzo la primera sesión para que aprendas a hacer tu propia catrina. Lo único que necesitas tener a la mano es papel (periódico u hojas recicladas), engrudo, alambre precocido (puedes usar el de la espiral de los cuadernos), pinzas, lija para madera #80 0 #100, pintura acrílica blanca y otras de los colores que más te gusten. ¡No te lo pierdas!
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