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Las palabras se huelen, escuchan y saben: descubre Dra. Laura García

Laura García Arroyo es una lexicógrafa, autora del libro “Funderelele y más hallazgos de la lengua”, quien durante su conferencia en TEDx Mexico City, llamada “¿A qué saben las palabras?”, habló sobre la creatividad de la lengua, cambiando nuestra percepción y haciendo que quien la vea descubra y perciba a las letras de otra manera. 

Inicia expresando su amor por las esdrújulas, ya que dice que danzan, pero al preguntar a la audiencia sobre su palabra favorita, varias personas optaron por “mamá” y “amor”. Y a pesar de que “mamá” lleva una tilde, razón por lo que le agrada, y que con “amor” se pueden encontrar anagramas de hasta cinco términos diferentes, consideró que al realizar esta actividad el público eligió las palabras por su significado, y no por su construcción o estructura. 

Las palabras nacen, cambian, pelean, insultan, juegan, se enamoran, se confunden, pero hay otras que mueren: Laura García Arroyo.

Las palabras con “ch” siempre le han gustado desde que llegó a México, las cuales son muy comunes en este país, y sus favoritas son “chícharo” y “cháchara”, pero también enfatizó que la letra ñ siempre le ha causado ruido por lo que al buscar palabras iniciando con ñ se encontró con una que le encantó: ñáñara. 

Las palabras tienen cuerpo, como “botarga” y “tres”, y la tipografía les da sus extremidades, como los brazos, pies y hasta la columna con escoliosis, como la de la “s”. Escribirlas y verlas despierta la imaginación, entonces viene a la mente de cada una de las personas su manifestación por medios poco comunes, ya que en la escuela no te enseñan a reconocerlas, sino a sólo tener buena letra. 

Laura, explicó que las palabras también le recuerdan los sentidos, por ejemplo, con “susurrar” o “aplaudir” puede escuchar el sonido de inmediato, “chocolate” le invoca el aroma. Pero al llegar al tacto concluye que el bráile es una de las expresiones más fantásticas para experimentar en este sentido. Mientras que el más llamativo es el sentido del gusto, pues las palabras, como los nombres de las comidas, te llevan a sentir el sabor, es decir que el idioma o la lengua te hace saborear las palabras.

Luego tenemos las palabras que van naciendo, así como aquellas que definen cosas cuyo significado no sabíamos, por ejemplo, “flavilabar” es cuando aceleramos el automóvil para poder pasar el semáforo en amarillo. También están aquellas que aquí no tienen un significado, pero en otros países si, como la palabra  “komoribe”, que significa la luz que filtra por entre los árboles de un bosque, además mencionó que hay distintos términos para explicar el sonido de las pisadas sobre la nieve.

Las palabras son tan variadas que nunca te cansas de aprender una nueva

Incluso, dijo que en el libro de Julio Cortazar, “Rayuela”, en el capítulo 68 habla sobre una palabras que no existe, “convulcante”, aquí es cuando las palabras nacen. Las que antes no existían, hoy se conocen ampliamente o pueden cambiar su significado. Laura García adora jugar con las palabras, y su deseo es que las demás personas también jueguen con ellas. ¿A ti te gustaría hacerlo?

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