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Sotol sereke, así se logró su recuperación por artesanas rarámuri

El sotol sereke (Dasylirion sereke) es una especie que solo se encuentra en algunas zonas de transición de la Sierra Madre Occidental en Chihuahua se localiza en algunos municipios de la Sierra Tarahumara. Es el insumo principal para las artesanías rarámuri, por lo que su conservación es una de las metas de las comunidades, tanto por su valor biológico como por su impacto en la vida de quienes habitan este territorio.

El Proyecto Tarahumara Sustentable (PTS) promovió el uso eficaz del sotol sereke (Dasylirion sereke) en la producción de artesanía rarámuri, mediante esquemas de gobernanza ambiental y consultorías enfocadas a su reforestación. El sotol sereke es un insumo básico para la elaboración de cestería en las comunidades indígenas.

La recuperación del sotol sereke inició con 10 artesanas rarámuri, ya suma 3 comunidades

Esta especie es cosechada de forma silvestre y cuando hay alta demanda se genera una presión excesiva, por lo que es fundamental promover mejores prácticas para su conservación y aprovechamiento sustentable que permita el desarrollo socioeconómico de las comunidades sin comprometer su permanencia en los ecosistemas.

Desde hace una década, en el municipio de Bocoyna, un grupo de 10 artesanas que trabajan con las hojas del sotol sereke (Dasylirion sereke) detectaron la disminución de la planta en su región, que significaba la posibilidad de la reducción de un insumo básico para sus artesanías, por lo que iniciaron la reforestación de la planta en sus comunidades, junto con el Centro de Desarrollo Indígena (CEDAIN), con apoyo de la CONANP pusieron en marcha el proyecto, que fue exitoso en su reproducción.

Esta etapa incluía la investigación sobre los cuidados del sotol, la colecta de la semilla y producción de planta en vivero, sus resultados inmediatos contribuyeron a que el proyecto creciera y fuera adoptado por otras comunidades indígenas cercanas.

El Proyecto Tarahumara Sustentable se sumó a la estrategia de preservación del sotol sereke (Dasylirion sereke) como una línea estratégica dentro de uno de sus proyectos piloto y también contribuyó con la labor de las artesanas brindando asesoría técnica sobre el manejo de la planta en mejores prácticas para la recolecta, producción y aprovechamiento sustentable.

En entrevista con Francisco Santacruz, director operativo de CEDAIN, comentó que el programa comenzó en una comunidad llamada Guajurana, en el municipio de Bocoyna, Chih. Las personas que trabajaban en CEDAIN, junto con las artesanas, iniciaron como prueba con un huerto de sotol, pero por la crisis que había con la planta se acercaron a CONANP quienes impulsaron su proyecto con acompañamiento técnico y fortalecimiento de la infraestructura.

En la comunidad de Guajurana había la necesidad de usar la planta, pues era de lo que obtenían un ingreso a través de la elaboración de artesanías, fue entonces que el proyecto se extendió más, en la comunidad de San Luis Majimachi, también en Bocoyna, mujeres artesanas, en conjunto con las organizaciones decidieron crear también un huerto de sotol sereke (Dasylirion sereke) y así fue como se implementó el proyecto para la recuperación de esta especie.

Poco a poco el proyecto fue creciendo para impulsarlo en otras comunidades. Se habló con quienes habitan en los ejidos y decidieron asignar un lugar específico para plantar el sotol. Este fue el primer momento en que se hizo un área específica de conservación de esta planta, explicó el director operativo de CEDAIN, Francisco Santacruz. El Proyecto Tarahumara Sustentable se sumó durante uno de los eventos realizados por motivos del Día del Árbol, que en México se celebra el segundo jueves de julio, apoyando con insumos que se requerían en los huertos.

Sotol Sereke

El primer invernadero fue de 3 ½ por 5 metros, pero la capacidad de proliferación de las plantas era demasiada. El primer monitoreo fue de 800 brotes, de estos, cada artesana, se llevó a su casa una cantidad de entre 10 a 15 plantas para monitorearlas. A algunas les fue muy bien, pues sobrevivieron todas las plantas, a otras el 50% y a otras no les sobrevivió ninguna. Estos resultados permitieron documentar y realizar un proceso de compartir experiencias de los cuidados del sotol, desde la altura a la que lo colocaron, hasta la luz que debían recibir.

Se detectaron tres prácticas importantes que se implementaron en tres comunidades distintas: en Guajurana se hicieron los huertos para usar la planta como materia prima para las artesanías, en Rowerachi las plantas no se cortaron, sino se dejaron crecer para obtener semillas, por lo que esta zona se convirtió en un importante espacio para la conservación; la última comunidad fue San Luis Majimachi, donde se hizo el invernadero. Con estas tres comunidades se lleva a cabo la reserva de las plantas del sotol sereke, (Dasylirion sereke).

Desde 2011, la CONANP realizó, en coordinación con las comunidades, plantaciones directas de las semillas, además se ampliaron los invernaderos de sotol a otras comunidades cerca de Guajurana, Rowerachi y San Luis Majimachi, con el fin de seguir impulsando la creación de artesanías, pero cuidando además al medio ambiente.

Más allá de la inversión económica el proyecto de sotol sereke se centró en la conciencia de las comunidades: Francisco Santacruz

Dado el éxito de la primera etapa del proyecto, se promovió su continuidad en una segunda fase, donde se plantaron, monitorearon y cuidaron 400 plantas más con el fin de proveer a comunidades más lejanas donde la planta ya es escasa.

La elaboración de artesanías deja de lado la producción al mayoreo y se enfoca en tener alta calidad y especialización en cada pieza, esto permite a quienes viven de su venta, obtener el ingreso adecuado con una sola pieza e implementar esquemas de comercio justo. Un cambio sustantivo se dio en el aprovechamiento de la planta, antes se cortaba entera y luego se determinaba en que se podía usar, pero en la actualidad solo se cortan las hojas necesarias para cada artesanía.

Este modelo impacta directamente en la cantidad de las plantas necesarias para el aprovechamiento y mejora la sustentabilidad, logrando también fortalecer las capacidades de las artesanas y artesanos en el ciclo productivo del sotol sereke (Dasylirion sereke).

Francisco Santacruz, enfatizó que se seguirá trabajando con quienes se dedican a las artesanías para que se conserve el sotol sereke (Dasylirion sereke), además de expandir el proyecto a más comunidades, donde la conservación integral se pueda llevar a cabo.

Infografía:

 

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