Como “costumbre cultural” es que denominan el chineo en Argentina, una práctica en la cual hombres criollos secuestran y violan a niñas indígenas de entre los 8 y 10 años, para luego regresarlas a sus comunidades como si nada hubiera pasado.
De manera impune, hombres criollos, comerciantes, adinerados, con poder político, económico y social, toman a las niñas para practicar el chineo, visto por las personas encargadas de la función pública y la administración de la justicia en Argentina como un rito iniciático de la actividad sexual, expresó Moira Millán, lideresa mapuche, a Telam.
“Esto es posible por la impunidad que se disfraza de ‘costumbre cultural’, pero esto no es cultura, es un crimen racista y queremos que se termine esta práctica atroz”. –Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir.
Estas violaciones, que muchas veces se practican en manada, se mantienen en un silencio por varias razones, una de ellas es debido a que los agresores amenazan a las niñas o las compran y a sus familias, aprovechando su estatus de pobreza, con un poco de comida.
Durante siglos el chineo ha estado presente en las comunidades indígenas de Argentina y fue apenas hasta el 2015 que se visibilizó un poco a nivel internacional tras el caso de Juana, niña wichi de 12 años, discapacitada, quien fue violada por un grupo de ocho hombres y abandonada en la plaza de la provincia de Salta, comunidad de Alto de La Sierra en Santa Victoria Este.
Tras la violación, Juana quedó embarazada y a pesar de tener el derecho al aborto legal no se lo practicaron sino hasta los 6 meses de gestación, y únicamente porque el producto tenía una malformación.
A pesar de que lograron una sentencia de 17 años de prisión para los responsables por el delito de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de la menor, no se mencionó la práctica del chineo en sí y el fiscal Cazón, a cargo del caso, aseveró que la niña tenía un mes de embarazo cuando la violaron. Arremetiendo con que si se hacían pruebas de embarazo ante cada violación no terminarían nunca, de acuerdo con un artículo en Latfem.
Moira Millán, mencionó que esta práctica machista, sexista, violenta, criminal y aberrante ha sido perpetuada durante siglos, y representa un doble crimen: el del violador en contra del cuerpo de las niñas y el silenciamiento social por parte del Gobierno al resaltar que se trata de una práctica cultural.
Aunado a esto se encuentra la complicidad de los mismos hombres de los pueblos indígenas, pues el único privilegio que les quedó tras la conquista es la lealtad hacia los propios varones, recalcó Millán.
Las integrantes del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, por medio de una campaña en contra del chineo, exigen que se termine con esta práctica de abuso disfrazada de costumbre cultural y sea juzgada como un crimen de odio. Asimismo, que se le dé acompañamiento a la víctima.
De acuerdo con el Ministerio de Cultura de Argentina, en su país tienen identificadas a mil 653 comunidades indígenas, de 38 pueblos, 34 inscritos en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas, los cuales son: wichí, qom (toba), pilagá, atacama, chané, charrúa, chohrote, chulupí, comechingón, diaguita, guaraní, guaycurú, huarpe, iogys, kolla, kolla atacameño, lule, lule vilela, mapuche, mapuche tehuelche, mocoví, mbya guaraní, ocloya, omaguaca, quechua, ranquel, sanavirón, selk’nam (ona), tapiete, tastil, tehuelche, tilián, tonokoté y vilela.
En pleno 2020 se solapa el chineo
A pesar de estar en el año 2020, prácticas de tortura en contra de las mujeres, como lo es el chineo, se ven justificadas por tratarse de costumbres de hace cientos de años y que involucra a pueblos indígenas. ¿En dónde crees que queda la protección a mujeres, niñas, niños y adolescentes?, ¿qué opinas del chineo?
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