Es usual que durante nuestros tiernos años de estudiantes de educación básica nos enseñaran que don Miguel Hidalgo y Costilla es el Padre de la Patria, responsable del México independiente del que gozamos hoy en día. Pero lo cierto es que el proceso de Independencia no recae en un solo hombre, y que para lograr un país como el que tenemos actualmente hicieron falta 200 años de camino, que en definitiva comenzó con un pensamiento.
Ignacio López Rayón, abogado, insurgente mexicano y secretario de Miguel Hidalgo, fue parte de los fundamentos de nuestro México independiente, y para hablar de él antes de hablar de él debemos regresarnos un poco al pasado.
En sólo 200 años hemos alcanzado un gran desarrollo político.
En 1808 se vivían tiempos difíciles en México y gran parte de América Latina, como la invasión de Napoleón Bonaparte y la imposición de un rey legítimo en España, Pepe Botella o José Bonaparte, hermano de Napoleón. Es en ese momento cuando aquellos procesos liberales que hacían pasar por escolásticos para mantenerlos con un “bajo perfil”, empiezan a volverse más descarados.
En 1809 empiezan a descubrirse los movimientos independentistas en Valladolid, lugar en que comenzó todo, y donde fueron descubiertos Ignacio Allende, Juan Aldama, José Miguel Domínguez y Josefa Ortiz de Domínguez, sin embargo, sólo los procesaron y liberaron. Por lo que el 15 de septiembre de 1810, se dio inicio al movimiento con el Grito de Independencia en Dolores, dado por Miguel Hidalgo, quien pidió a la gente que se levantara en armas contra el mal gobierno de los españoles y reconocieran la soberanía de Fernando VII.
El sentimiento de los primeros personajes que buscaban la independencia era tener el reino de México, con una corona. Miguel Hidalgo no buscaba independencia, sino autonomía, es decir, establecer normas propias para regularnos y evitar los excesos y la discriminación por el problema de las castas.
Es aquí cuando nos dimos cuenta que la teoría liberal no estaba peleada con la monarquía. Pues se creía que las demás personas podían hacer lo que quisieran y pensar que el gobierno es un pacto de la sociedad, pero se rendía cuentas a un rey, Fernando VII.
Es entonces cuando aparece Ignacio López Rayón, quien fue alumno de Miguel Hidalgo en la Universidad San Nicolás de Hidalgo, donde estudió como bachiller. Luego cursó Derecho en la Ciudad de México y trabajó como abogado en Michoacán.
López Rayón, al notar la poca eficiencia y el desorden que había en el movimiento de Hidalgo debido a los saqueos constantes, le envió una carta su maestro donde aplaudía las intenciones, sin embargo señalaba que podían ser más organizados, pues el pueblo era la víctima y no el victimario, y estos saqueos no estaban dirigidos al rey, sino en contra de la gente.
Al leer la carta, Miguel Hidalgo aceptó la crítica y lo mandó a llamar para volverlo su nuevo secretario en octubre de 1810, y para ese mismo mes López Rayón ya había escrito un documento para abolir la esclavitud el cual fue firmado por los dos, a pesar de que las Leyes Borbónicas ya indicaban que no se permitía la esclavitud en México, esto dictado por Carlos III de Borbón.
Al ser un estratega militar, López Rayón intentó ayudar a Miguel Hidalgo, no obstante, el carácter del cura se hacía más presente y con terquedad, lo cual quedó demostrado en la batalla del Puente de Calderón, donde a pesar de tener un ejército de 100 mil insurgentes e ir en contra de 6 mil realistas, perdieron por completo por falta de estrategia, ya que para Hidalgo el número era más importante. Fue entonces que decidió hacer un llamado de ayuda a Estados Unidos y Haití, por lo que se encaminó al norte, donde fue apresado y fusilado en Chihuahua.
Antes de suceder la muerte de Miguel Hidalgo, éste ya había sido destituido y se había nombrado jefe a Ignacio López Rayón, quien fue el encargado de terminar con todo el proceso de Independencia, en el cual estableció que lo que se buscaba era no ser reino de España de nuevo, sino ser vistos como americanos, pero no por completos pues necesitábamos nuestro propio gobierno, siempre en comunión con España, y fue así como escribió la primera constitución, la cual no fue establecida.
Antes de que llegara Morelos a afirmar que debíamos ser una nación por completo independiente, López Rayón creía que la soberanía radicaba en el pueblo, pero por derecho le tocaba a Fernando VII dirigirlo. También formó una Junta Nacional donde había vocalías que representaran al gobierno, pues tenía en mente que no se le podía dar el poder a una sola persona, ya que esto representaba crear una dictadura, fue así como se establecieron los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, fue así como buscó crear una estructura que dividía al poder y le daba sentido y organización a todos, así como una religión única y buscar la felicidad. Además, estableció el 16 de septiembre como Día de la Independencia.
Sin embargo, al ser un abogado monárquico, con la llegada de Morelos y sus “Sentimientos de la Nación”, la constitución que había estado escribiendo se dejó de lado y en varios círculos se le toma como un traidor a la patria, sin tomar en cuenta que volvió a encender la llama de la organización que casi se apaga con Hidalgo. E ignorando también que en ese tiempo, en aquellas condiciones, López Rayón intentaba legitimar el movimiento, estableciendo a Fernando VII en un sistema de gobierno monárquico.
Después del Grito de Independencia… “Elementos constitucionales” vs “Sentimientos de la Nación”
Luego de López Rayón, José María Morelos y Pavón cambió la retórica, contraponiéndose a los ideales que había hasta el momento y siguiendo el movimiento de los engranes.
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