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Leona Vicario: espionaje 007 en la Independencia mexicana

Durante el movimiento de Independencia Leona Vicario fue una mujer que jugó un papel muy importante, quien mantuvo una red de informantes y se ocupó de las familias de los insurgentes aprovechando su posición acomodada, su inteligencia, educación y dedicación.

El papel de Leona Vicario en el movimiento independentista fue dedicado a armar la inteligencia militar y la red de información que ayudarían a José María Morelos y Pavón durante sus campañas. Ella fue una mujer muy brillante y activa, quien en la actualidad es considerada Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria. Así como única mujer mexicana que fue enterrada con un funeral de estado a su muerte en 1942, de acuerdo con el filósofo Carlos Ordóñez, quien relató la vida de la “007 mexicana” en su clase de Ética Filosófica, el 02 de octubre de 2019.

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, nació en la Ciudad de México un 10 de abril de 1789. Fue hija de Gaspar Martín Vicario y Camila Fernández de San Salvador.

¿Qué tiene de extraño ni de ridículo el que una mujer ame a su patria, y le preste los servicios que pueda para que a estos se les dé, por burla, el título de heroísmo romanesco? –Leona Vicario.

Tuvo una educación privilegiada, pues sus padres creyeron en invertir en su ésta, a pesar de que en ese tiempo a las mujeres no se les tomara en cuenta para aprender más allá de lo que necesitaban en un matrimonio, por lo que la hacen estudiar dibujo, literatura, gramática, ciencia y filosofía. Sin embargo, sus padres murieron cuando Leona tenía 17 años y ella, siendo una rica heredera, quedó bajo el cuidado de su tío Agustín Pomposo Fernández de San Salvador, quien era abogado y supo bien cómo cuidar de sus bienes y le generó más riqueza.

Durante los siguientes años, Leona Vicario se dedicó a la caridad, a la vida política y a mantenerse informada en el despacho de su tío, quien decidió empezar a buscarle esposo y arreglar el matrimonio de su sobrina.

Leona Vicario, quien empezó a dedicarse al periodismo a la par de sus actos de caridad, conoció a un joven licenciado quien llegó para trabajar con su tío y estudiar, de nombre Andrés de Quintana Roo, y quienes se enamoraron mutuamente. A pesar de esto, el tío de Leona le negó su mano, y aunque la historia no dice por qué, se puede intuir, de acuerdo con el filósofo Ordóñez, que se debió a que Pomposo ya la tenía prometida a un tal Octaviano Obregón.

Vicario creía en la autonomía de la Nueva España, por lo que no era raro que ella tuviera tratos con un grupo de “revoltosos” llamados Los Guadalupes, situación de la cual su tío estaba consciente y lo permitía. Dentro de este grupo, Leona estructuraba la inteligencia insurgente y se dedicaba a mantener a las familias de quienes peleaban; a su vez, Andrés de Quintana Roo participaba entre este mismo grupo.

En ese tiempo, a modo de estrategia, Leona Vicario pasó el rumor de que sólo estaba con Los Guadalupes por su amor a Quintana Roo, y no porque fuera la jefa de la inteligencia insurgente, situación que al final le pasó factura, pues la desprestigió en el movimiento independentista y se hicieron menos sus esfuerzos y acciones.

Por su situación acomodada, Leona Vicario se codeaba igual con gobernantes y políticos, quienes, a pesar de saber que ella estaba con aquel grupo de insurgentes revoltosos, no le daban mucha importancia tratándose de “una mujer enamorada”, y contaban sus planes en contra del movimiento y sin tapujos enfrente de Leona Vicario, quien gozó de esta fuente de primera mano desde 1810 hasta 1812.

En 1813, Leona convenció a armeros vizcaínos de generar cañones para los insurgentes, petición que la llevó a su captura en ese mismo año. Sin embargo, luego de haberse enterado de aún más planes de los conservadores, escapó ayudada por tres insurgentes, quienes se disfrazaron y se la llevaron.

Cuando el conflicto independentista terminó con la rendición de Agustín de Iturbide, luego de que éste se dio cuenta que esa guerra no los llevaría a nada, los historiadores comenzaron a salir para contar sobre quienes participaron en la Independencia de México, y uno de ellos fue el conservador Lucas Alamán.

Alamán no tardó en desprestigiar a Leona Vicario, diciendo que ella no tenía crédito en la lucha de Independencia, pues sus objetivos nunca fueron limpios. Aseveró que los movimientos de ella no fueron a favor de la guerra, sino a favor del amor, porque las mujeres son incapaces de acción política, sólo son capaces de acción amorosa sentimental.

Ante esto, el 02 de abril de 1831, Leona Vicario envió la “Carta vindicativa de su participación en la Independencia contra las injurias de Lucas Alamán”, donde aseguró que las mujeres no hacen las cosas por amor, sino por miles de motivos y uno de esos es el amor a la patria. Leona, mencionó que su presencia en el movimiento se debió a una convicción real de estar a favor de la Independencia y sentenció que a los hombres no se les reclame cuando se enamoran. Sin embargo, al ser ella mujer, se le injuria debido a esto y la orillaron a defender su lugar en la historia. Asimismo, aseveró que durante la lucha no estaba buscando cumplir sus intenciones ni que le dieran más dinero.

Leona Vicario, la 007 mexicana

El espionaje y la inteligencia militar de la cual dotó Leona Vicario al movimiento de Independencia fueron clave durante la guerra, sin embargo, al ser mujer los conservadores monárquicos empezaron una campaña para desprestigiarla, y esta carta escrita por ella misma es una de las pruebas más fuertes de esta situación.

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