Desde octubre de 2018, que se supo la noticia, y hasta noviembre de 2019, 11 orcas y 87 belugas estuvieron recluidas en lo que se conoció como “cárcel de ballenas” cerca de Nakhodka, en Rusia, en pequeños compartimientos.
En Rusia, la ley permite la captura de ballenas con fines científicos y educativos solamente, de acuerdo con National Geographic, sin embargo, cuando salió a la luz el video tomado por un dron de esta “cárcel de ballenas”, se empezó a sospechar que en realidad lo que buscaban las compañías eran venderlas a parques acuáticos en China, donde son cada vez más populares.
En 1986, la Comisión Ballenera Internacional, acordó dejar de lado la caza de ballenas y buscar la conservación de las especies, pero países como Japón y Noruega buscan dar por terminado con este acuerdo.
Ante el descontento mundial por estos sitios, el gobierno ruso no tuvo otra opción más que investigar la razón por la cual había 97 ballenas encerradas en corrales en la bahía de Srednyaya. Luego de la investigación, fueron cuatro compañías las vinculadas a la “cárcel de ballenas” las que fueron acusadas de violar regulaciones de pesca y de fomentar el trato cruel hacia los animales.
Luego de varias manifestaciones por parte de grupos ambientalistas, como Greenpeace, y de peticiones de famosos como el actor Leonardo DiCaprio, el 8 de abril de 2019 fue anunciada la liberación de las orcas y belugas en el lugar donde habían sido capturadas: el mar de Okhotsk.
Sin embargo, el escándalo no quedó ahí. La liberación tardaría alrededor de 4 meses y ambientalistas sugerían que el gobierno de Rusia debía poner mucha atención en la rehabilitación de las ballenas antes de dejarlas libres, pues sería difícil para ellas readaptarse a su hábitat natural.
Aunque las ballenas estaban bien alimentadas, algunas ya padecían hipotermina, tenían lesiones en la piel y deterioro en las aletas, por chocar contra el hielo marino, se presumía. Pues a pesar de que las orcas y belugas viven en aguas frías, nadan decenas de kilómetros todos los días para mantenerse calientes, al estar en un espacio tan pequeño no podían hacerlo, e inclusive se podía apreciar el hielo en la superficie del agua de los corrales.
Antes de la liberación de las ballenas, el 31 de mayo de 2019, el Tribunal de la Ciudad de South Sakhalin declaró ilegales todas las capturas que la Agencia Federal de Pesca emitió para belugas y orcas en 2018, eso significaba que las cuatro empresas que alegaban tener a las ballenas con forme la ley ahora serían multadas. Estas fueron: White Whael LLC, Oceanarium DV, Afalina LLC y Sochi Dolphinarium LLC.
Para junio se empezó a desplegar lo que algunos consideraban una enorme operación para la liberación de las ballenas, anunciado por Alexey Gordeyev, viceprimer ministro de Rusia, pues el viaje en camión y bote hasta el lugar donde habían sido capturadas tomaría cinco días, y serían movidas por 70 especialistas, que irían en pequeños grupos y cada ballena estaría acompañada de dos personas, quienes se encargarían de equiparla con un equipos GPS para monitorearlas luego de la liberación.
No obstante, Greenpeace, aseveró que en realidad la liberación se dio en total hermetismo. Y las últimas 50 belugas tuvieron que dejarlas en la bahía Uspeniya, a un día de camino, pues a pesar de que no era su hábitat natural, el clima parecía no cooperar y el dinero se les estaba terminando. Aunque ambientalistas se mostraron con preocupación ante esta decisión debido a que en la zona era común ver barcos cazadores norcoreanos, por lo que pidieron al gobierno ruso monitorear a los especímenes de cetáceos al menos durante una semana después de su liberación.
Cabe señalar que durante todo el proceso una orca que estaba enferma desapareció. Y mientras las personas propietarias de las instalaciones dijeron que tal vez había escapado, expertas mencionaron que era imposible para ellas hacerlo, además de no haberla encontrado.
¿Qué sigue luego de la liberación de las ballenas?
Aunque es ilegal capturar ballenas por motivos financieros, hay muchos huecos en las leyes rusas que no protegen del todo a los cetáceos, y es cuando se abre una brecha para venderlas a los parques de mamíferos marinos, sobre todo en China, donde solo en 2019 había 78 y estaban en construcción más de 26.
No obstante, el viceprimer ministro Gordeyev, dijo que se empezarían a tomar medidas drásticas y se cambiaría la ley actual, para dejar la captura sólo con fines científicos.
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